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lunes, 11 de diciembre de 2017

Ticket to Ride








Tengo un amigo que siempre está buscando nuevos juegos de mesa para jugar conmigo y otro amigo, o con su otro grupo de amigos, el cual desconozco completamente (¿Celos? ¿Dónde?). ¿En qué se basa para elegir un juego y gastar muchos "dólares" en traer el juego elegido desde el otro lado del océano ya que la mayoría de las veces no se comercializa en México (es caprichoso)? Simplemente hace una búsqueda exhaustiva y disciplinada en los premios más prestigiados de juegos de mesa y el que mejor le coquetea, ese compra. Ya una vez comprado el juego, se comunica con nosotros y nos presume su nuevo bebé.

Cabe aclarar que estos dos amigos de los que hablo terminan jugando la nueva adquisición primero que yo porque a veces cancelo las reuniones y cuando por fin nos reunimos lor tres, ya se saben todos los trucos, las trampas y hasta han inventado nuevas instrucciones que se irán modificando en las siguientes reuniones (así se crean los legendarios instructivos no disponibles en papel y únicamente asequible por tradición oral). Gracias a estos encuentros anteriores a cuando ya estamos los tres presentes, nunca gano. Muy buena excusa y explicación para mis derrotas.

Esta vez le tocó el turno a Ticket to Ride, un juego alemán desarrollado por la compañía Days of Wonder. La idea del juego es básicamente esta: tú y tu grupo de amigos ricos tienen mucho dinero y deciden viajar alguna parte del mundo. Nosotros jugamos la versión de Europa. El que viaje más y con más clase gana.

Al empezar, eliges un color de vagones de tren, los cuales te servirán para viajar de una ciudad a otra y construirán las huellas de los destinos que has visitado en tu travesía. La mecánica consiste en tarjetas de misiones que te son repartidas al principio del juego que te indican qué ciudades conectar para que te den más puntos extras a parte de los que se te dan por viajar de una ciudad a otra, repartidas a cada jugador al principio del juego. Durante tu turno puedes tomar tarjetas que te ayudarán a viajar, elegir nuevas misiones, viajar o poner estaciones que te permiten usar los vagones de tus enemigos.

El juego acaba cuando cualquier jugador se queda únicamente con dos vagones y prácticamente dice lo siguiente: "Bien, chicos, ya viajamos lo suficiente, amé, me divertí, lloré, me rompieron el corazón, me metieron a la carcel una noche y se acabaron los fondos, es hora de ver quién viajó más y mejor". Es entonces cuando llega la hora de contar todos los puntos hechos y sumarlos. El jugador con más puntos gana.

 Cuando nosotros llegamos a ese punto pasó algo muy interesante. Y esta es la parte dolorosa a la que no quería llegar, pero ya les di un adelanto al principio del post. El primer jugador en sumar sus puntos hizo una cantidad considerable. Después tocó mi turno e increíblemente había hecho más puntos que mi amigo, había ganado. Sí, estaba seguro de eso, lo había rebasado por bastante, y era indudablemente el vencedor. Eso hasta que llegó la cuenta de los otros dos jugadores. También jugó la hermana de quien compra los juegos compulsivamente con Amazon One Click y resultó que ella tenía más puntos que todos. Mis gritos de victoria y demostración de mi superioridad pasaron a ser simplemente ecos del pasado y de derrota. Había vuelto a perder, y peor aún, ganó alguien que como yo, jugaba Ticket to Ride por primera vez, derrumbando mi excusa de por qué no gano nunca. Gracias, Viridiana.

Disfruté mucho Ticket to Ride, es simplemente increíble y muy divertido. Durante todo el juego estás planeando tus estrategias. Es algo muy diferente a lo que había jugado antes y esa sensación me dejó con buen sabor de boca. Me gustó mucho y se los recomiendo. Si alguna vez tienen la oportunidad de jugarlo o comprarlo, ¡háganlo! Como anécdota final, jugamos una segunda y última partida, en la cual terminé tan mal que me rendí en mi último turno y ni siquiera conté mis puntos. Creo que mi excusa ya es completamente inválida.







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